Escribo todo esto mientras me tomo mis dos galletas integrales y mi infusión detox... Y después de haberme pesado ya esta mañana más de dos veces. Ya sabéis: una nada más levantarme, otra después de ir al baño, otra después de ducharme con el pelo mojado, y otra después de ducharme pero ya con el pelo seco. En breve me volveré a pesar; lo hago normalmente antes de comer para así concienciarme de comer poco porque estoy gorda. Mi IMC es de 22,50, un peso normal según el IMC, aunque todas sabéis que esto, para nosotras, es estar gordas y nuestro imc no debería ser superior al 18-19.
Las infusiones, nuestras aliadas; un poco de ensalada para engañar al estómago, y un poco de fruta para combatir el hambre que pasamos durante el día. De vez en cuando, algún atracón o un plato de comida más calórica (no más de 200 kcal) y de postre, la culpa. Esa culpa que se mete hasta nuestras entrañas, que nos hace sentir fatal por cada mordisco que hemos dado y cada granito que hemos ingerido, sintiendo que ha sido de más y que vamos a tener que salir a pasear, por lo menos, durante una hora para quemar esa comida sobrante. Vemos la báscula en la habitación... Pánico. Ansiedad. Nos venimos abajo por esos gramos de más. Parece que nunca vayamos a tener ese cuerpo ideal que queremos, que nunca vayamos a perder esos kilos que sentimos de más, y que la grasa en nuestras caderas, en nuestra silueta no la vayamos a perder nunca.
¿Y la soledad que vivimos? Nadie de nuestro entorno se puede enterar de esto, pero todas sabemos que sí lo saben; a veces nos pillan, nos preguntan, se nos ha olvidado limpiar bien el baño, ven las marcas de nuestros dedos o se dan cuenta de la ausencia de anillos...cosas que nos delatan. Pero, ¿quién nos va a entender? Las demás personas no saben lo que es vivir con nuestro cuerpo gordito; piensan que estamos delgadas, pero nosotras sabemos que no es así!! Dicen que es por las imágenes que nos muestra la sociedad, por los anuncios publicitarios de zara, de pull, de mango... pero nosotras sabemos que no es por eso, es porque nos sobran kilos y ya está!! Tenemos que escuchar también que tenemos que querer a nuestro cuerpo tal cual es, con esos kilitos que nos hacen sexys, y que total, no estamos obesas! Si comemos, comemos poco, exceptuando algunos atracones ocasionales (dichosos atracones, aggg), e intentamos quemar cada caloría que hemos ingerido y las que están por llegar.
La soledad, la culpa, la vergüenza, la impotencia, la frustración....las emociones que nos acompañan en nuestro día a día. Y a más emociones negativas, más atracones ¿Hasta cuándo? Hay Mías y Anas que ya no podrán contar su historia; hay otras historias que, después de mucho dolor y sufrimiento, tienen un final feliz http://ayayay.tv/pesaba-30-kilos-por-culpa-de-la-anorexia-se-recupero-y-ahora-luce-una-sexy-silueta/#modal , después tenemos otras que nos ayudan a ver la belleza en cualquier cuerpo físico https://www.instagram.com/any.body_co/.
La mejor forma de combatir esta "obsesión" para reprimir el masticar, la comida, el ingerir alimento, es trabajo con las emociones negativas, con las frustraciones vitales, con la impotencia, con la culpa, con la vergüenza ... sólo cuidando las nuestras emociones y nuestro interior podremos respetar nuestras necesidades alimentarias.
Difícil dejar de ser Anas o Mías, difícil no querer desear estar delgadas y libres de varios kilitos de más...pero ¿qué pasaría si soltáramos la báscula... si soltamos la obsesión por estar delgadas...si soltáramos las conductas y los pensamientos de reprimir el deseo por comer?